Hola amigos/as de El Terror Tiene
Forma, como esta última semana ha sido bastante ajetreada y el tiempo no me ha
sobrado precisamente, he pensado hacer
unos resúmenes cortos de las dos películas visionadas para
actualizar un poco estas páginas. Vamos al lío.
STAGE FRIGHT (Jerome Sable, 2014)
Sinopsis: Camilla Swanson (Allie
MacDonald), es hija de Kylie Swanson (Minie Driver) una diva de Broadway que fue
asesinada unos años antes de manera muy cruel, su sueño era seguir los pasos de
su madre. Por desgracia para ella, la realidad es que se tiene que contentar
con trabajar en la cocina de un campamento artístico, pero su suerte cambia
cuando se cuela en las audiciones para la obra de teatro que se está preparando
y consigue el papel protagonista. Todo parece ir bien, pero el inicio de los
ensayos también marca el comienzo de una sangrienta y misteriosa matanza.
La película es un musical de
terror, donde el debutante Jerome Sable (director y guionista) llena la
coctelera de diferentes elementos para formar un engrudo de difícil degustación;
la receta es la siguiente: toques de giallo / slasher + algunas muertes
cruentas + adolescentes unicelulares + un par de personajes más o menos famosos
(Meat Loaf y la mencionada Minnie Driver), algunas cancioncillas de aire
teatral, algo de humor facilón y un parecido a la serie Glee que no le hace
ningún bien a la película y que echa para atrás hasta al más pintado.
Yo personalmente no soy muy
aficionado a los musicales y pocos de los que he visto me han llamado la
atención; en el caso que nos ocupa su visionado fue un vía crucis en toda regla
y tuve que hacer de tripas corazón para llegar al final del metraje, y es que
el principal handicap del film son esos molestos e irritantes momentos musicales con el grupito de
adolescentes haciendo el memo por la pantalla (sólo hay que ver la escena
cuando llegan al campamento), paralelamente los asesinatos y la crueldad de
algunos de ellos animan un poco el cotarro, estando muy bien dirigidos aunque
no siendo todo lo efectivos que deberían, de todas maneras queda la sensación de que el director podría
haber realizado un buen film de terror, pero se ha decantado por una horrorosa
mezcla de estilos, quizás porque buscaba comercialidad antes que terror. La
película es un constante homenaje al cine de terror, las referencias a 'El Fantasma
de la Opera', 'La Matanza de Texas', 'Hellraiser', 'Carrie', 'Viernes 13' e
incluso 'Scream' son continuas, pero la fuerza evocadora de las mismas queda
diluida por las ya mencionadas cancioncillas. En definitiva, Stage Fright es un
experimento de difícil degustación y muy irregular que, aún teniendo alguna que
otra escena bien desarrollada, se hace muy pesada y bastante noña.
KILL LIST (Ben Wheatley, 2011)
Hacía tiempo que quería ver este
film, me habían comentado maravillas sobre él, pero para ser sincero, su
director, el británico Ben Wheatley, nunca ha sido santo de mi devoción. Vamos
con la sinopsis: Jay, un antiguo miembro de las fuerzas armadas, tuvo una mala
experiencia trabajando en Kiev que le dejó profundas cicatrices, tanto físicas
como psíquicas, que le han impedido trabajar durante los últimos ocho meses. La
situación con su familia es muy tensa ya que descarga su frustración en su
mujer y su hijo, derivando ésto en continuas peleas que crean un ambiente muy
enrarecido. Un buen día un antiguo amigo suyo le propone volver a la actividad (ambos,
tras su paso por el ejército, se han convertido en asesinos a sueldo). Jay
acepta, la lista de personas a eliminar no es muy extensa, pero las reacciones
de éstas ante la muerte conducirán a Jay a un abismo de terror.
Como podéis ver la película
transcurre entre diferentes géneros; se inicia como un drama conyugal, continúa
como un thriller y acaba como una película de terror opresiva y atmosférica.
Sin duda Wheatley tiene un talento único para crear obras personales y, en este
caso, perturbadoras, donde la sensación de incomodidad ante lo que se nos está
contando se hace muy patente y pegajosa; desde su inicio 'Kill List' propone
una serie de constantes que van ligadas a la trastornada personalidad del
personaje principal, Jay está al borde de un brote psicótico y todo el entorno
que lo rodea es un caldo de cultivo perfecto y visceral para el violento estallido
final del protagonista.
No es un film cómodo ni plácido,
su lentitud y su particular idiosincrasia pueden ahuyentar a más de un
aficionado, pero bajo mi punto de vista es una obra excitante y perturbadora, que
regala muchas secuencias extrañamente atmosféricas y enrarecidas, donde el
terror bulle por debajo de la piel, escondido entre los pliegues del cerebro y
presto a saltar con furia a la menor ocasión. A pesar de que la carrera de este
director no sea todo lo sólida e icónica que muchos críticos y aficionados
defienden, este film es sin duda una pequeña joya del terror psicológico a tener
en cuenta.
Saludos y buen Domingo